¿Hay que estar loco para oír a C1NT1 Y4N3T?

Crónica por César Zevallos

New Clothes for the New World

Después de alucinar con la improvisación de C1NT1 Y4N3T −proyecto de ruidismo conformado por Gabriel Castillo, Jorge Ingaruca y Sebastian Quispe−, conversé con un viejo amigo aficionado al punk, el noise y toda expresión artística que escupa la norma. El camarada Julián era el indicado para compartir mi experiencia en el festival peruano de música electrónica experimental “Illapa”, realizado el primer día de marzo 2024 en el centro de Lima.

―Mano, buenos proyectos, me destrabó uno en particular.

―¿Tienen material publicado en Internet?

―Subí un video a Espacio Sonido.

Algo es claro: no se trata de música al estilo que todos conocemos, ni siquiera sé si es música. No había melodía, armonía, ritmo; nada de lo que se exige para considerarlo una composición musical. Eran sonidos extraños sin relación aparente y luchando uno con otro como buscando escapar de sus contenedores; era simplemente ruido, ruido visceral y delirante que proferían un juguete infantil musical (Jorge), un pequeño teclado (Sebastian) y la estática de un televisor análogo con sensores electromagnéticos (Gabriel), conectados directamente a un mixer que este último controlaba para mezclar los sonidos en conjunto y amplificarlos en un parlante. “Un juego energético sonoro”, me comenta después Gabriel, cofundador de Aloardi, sello peruano pionero en difundir música experimental. 

Contrario a lo que suponía, no necesitaron software alguno para su puesta en escena, lo suyo más bien consiste en alterar previamente el hardware: C1NT1 Y4N3T es un proyecto de circuit bending, intervienen artesanalmente los circuitos de los juguetes y máquinas que Jorge se encarga de proveer para desarrollar su interacción con el sonido, movidos exclusivamente por el azar, el error, la disfuncionalidad autoprovocada, en esencia, movidos por la libertad. Libertad que los alejaba de consolar, complacer o cumplir las expectativas del público que asistió a Illapa (dios de la lluvia, el trueno y el rayo en la mitología inca). El trío C1NT1 Y4N3T, en estado de abstracción, se arremolinaban en la demencia, desafiaban cualquier predicción sobre sus próximos movimientos, expresando lo inexpresable. Pienso que esto es fruto de la relación personal que cada uno sostiene con el sonido en sus diferentes y amplios matices, lo que parece similar a la relación conflictiva que cada habitante de Lima entabla con esta ciudad ruidosa y canalla. Y es que, ante una realidad intolerable, el ruido puede ser esa falla del sistema que nos conduzca al vacío, al sinsentido de las cosas, a ser consciente de lo banal que es cumplir una jornada laboral, a la ficción de vivir en paz y seguridad cuando la historia demuestra que buscamos la guerra y extinción masiva. ¿Podrá el ruido acabar (como una bomba) con la dañina vida burguesa, verdadera corruptora del ser humano?

C1NT1 Y4N3T es el resultado de la interacción sonora entre Gabriel Castillo, Jorge Ingaruca y Sebastian Quispe. (Foto: Luz Cáceresuxe.digital)

Como sea, nada de esto le expliqué a Julián, quien perfectamente lo hubiera entendido si presenciaba la intervención. En vez de densear, opté por la risa fácil, acostumbrado a la imaginación eléctrica y el buen humor de este acérrimo fan de Sweet Trip, John Zorn y 6 Voltios.

―Toda la marcianada asistió ayer. Todos los mutantes.

―Jajajaja. Imposible no asociar ese adjetivo con el Mandy, causa. Me imagino al Mandy en una tocada ruidista, como espectador, tratando de armar inútilmente el pogo.

Reí como un idiota. ¡El Mandy, ex vocalista de la banda chikipunk Contracorriente, en un concierto ruidista! Hubiera estado completamente desencajado. Tal vez su personalidad efusiva y destructora, aclamada por un gran sector de rockeros adolescentes, no era para tanto. Me puedo equivocar, sin embargo. ¿Que tal si se hubiera pegado con bailes y alaridos indescifrables, abducido por una psicosis incontrolable, tratando de responder al movimiento oscilante y azaroso del ruido y la estática disonante del pequeño televisor? No, imposible, él tendría que armar el pogo como sea, como lo hacía en sus conciertos; eso era lo gracioso, su carácter animalesco no podía emparentarse con el noise. Por eso Julián sugirió esa imagen, porque era absurda. 

Sebastian Quispe en acción. (Foto: Luz Cáceres – uxe.digital)

En realidad, así como Mandy, podemos armar interminables listas de músicos nacionales que seguramente mirarían con reticencia y prejuicio la experimentación sonora de C1NT1 Y4N3T y los demás proyectos que Illapa busca visibilizar (h a b ø, Les replicants, Luxsie, Vrianch, Frido Martin, entre otros). Puede ser raro incluso para quienes son seguidores de las escenas musicales alternativas, espíritus sedientos de novedades y disrupciones. El punto es sencillo, pero se olvida con facilidad: reivindicar lo experimental no como lugar común (paradójicamente, en eso se está convirtiendo), sino como lo alternativo dentro de lo alternativo, algo que haga estallar no solo el mundo interior sino la totalidad social, sin filtro, en busca de nuevas visiones, nuevas realidades.

Si el ruido pudiera posibilitar un lugar (tras destruir muchos otros), tendría que ser uno escondido entre matorrales ácidos y enormes cáctus rodeados de púas en medio de un desierto con edificios en escombros, dominado por sirenas de ambulancia y el crujir de cuerpos hechos cenizas por un sol negro, en extinción. Sí, hay que estar loco para oír a C1NT1 Y4N3T. 


Epílogo

El 1 de agosto de 2023, C1NT1 Y4N3T publicó una producción titulada Maravillas sexuales.

A continuación, compartimos breves audios sobre la historia de C1NT1 Y4N3T y algunos alcances sobre su propuesta sonora: 

¿Qué aparatos utilizan y cómo funcionan a nivel sonoro?

Gabriel Castillo:

Jorge Ingaruca:

Sebastian Quispe:

¿Cómo deciden formar C1NT1 Y4N3T?

Jorge Ingaruca:

Sebastian Quispe:

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