Ilusión en trance

Escribe César Zevallos
Diseña Victor Pérez

Llevo tiempo pensando en lo que hace años me hubiera parecido inimaginable: no siento a la música como antes. Hablo de sentirla con ese fervor único de la adolescencia, como si del encuentro con un solo de guitarra dependiera mi existencia y mis huellas en la ciudad. Esa era mi regla, pero se ha quebrado. Me siento atrapado, incapaz, no sé cómo lidiar con este pesar que me fulmina lentamente.

Una tarde decidí acabar con esto. Cargué mi reproductor, alisté mis audífonos, me puse una chompa y salí de casa. Ya había elegido el disco que acompañaría mi ruta: Loveless de My Bloody Valentine.

Sabía que se trataba de un disco inacabable y multiforme porque en cada escucha, en los varios años que fijo mi atención en Loveless, siempre surge una nueva visión, una envoltura distinta. Pero esta vez, tal vez por mis expectativas en tumbar el maleficio que acechaba mis oídos, su belleza me parecía suprema. Nunca me había dejado tan absorto. 

En ese tiempo, trabajaba desde casa. Era el primer año de las medidas de aislamiento social por la pandemia, pesadilla injusta. Sin embargo, el día y el camino eran especiales. Atravesé un túnel relativamente nuevo que está cerca de mi barrio. Aún no encendía mi reproductor. 

Los autos circulaban con tal rapidez que el ambiente se volvía cinemática pura, profunda y envolvente. Antes, aquí habían casas, una panadería y una losa de fútbol donde pocas veces jugué. La dinamita que explotaban en la madrugada para romper el cerro San Cristóbal y construir este túnel, no dejó rastro de la vida pasada. El sonido se volvió, antes que la música, en el protagonista, yo era tan solo un espectador. Mi caminata y mis recuerdos ya presagiaban la naturaleza ruidista de Loveless

Apenas salí del túnel desolado, presioné play: “Only Shallow” levantaba el telón de la realidad. Desde lo alto, veía el mar y buena parte de Lima. El sol y los cerros declinaban frente a la bruma, los edificios del Centro parecían esqueletos, grises e impenetrables. En poco tiempo caería la noche. 

Lima se veía desértica y decadente, como es costumbre. Mientras descendía hacia el llano, Loveless me absorbía en una espiral de melancolía. Vi un recuento de episodios entrañables desfilando frente a mis ojos, estaba sumergido en una ilusión en trance donde todo lo que pensaba cobraba un sentido revelador únicamente en los rasgueos sublimes de Kevin Shields.

Caminaba mirando, de ratos, a los lados. La avenida era amplia, las pocas personas que circulaban lo hacían con reticencia, era de noche. Sonaba “To Here Knows When”, la más memorable de Loveless para dos de mis amigos, cuando vi el silencio: una especie de fuerte militar sin resguardo, al lado de un mercado y un puesto de periódico cerrados, casonas deterioradas, sin personas, tan solo un vigilante en su rutina nocturna. Por un momento pensé que  la vida se rehusaba a seguir en este lado del Rímac, si no fuera porque, en algunas esquinas, se paraban algunos sujetos, inquietos y atentos, observando a los más distraídos. Poco me importó tener la fortuna en contra. Bilinda Butcher me cantaba a solas: kiss, your fear, your red button, falls from my mouth).

Me convertí en un sujeto afantasmado, colmado de placer y presto al porvenir incierto de la civilización pese a los peligros de la oscuridad; en los 42 minutos que dura Loveless me hallaba en una épica hacia la cristalización de mis sueños inconclusos.

Quería llegar al Centro de Lima. No recuerdo si lo logré. Las preguntas venían a mi cabeza como un caudal lleno de impurezas y asperezas. Una de ellas me llevó a concluir que, probablemente, Loveless era la estética adecuada para paliar la furia de esta ciudad. La última gran obra impresionista del rock es un repositorio en el que se puede guardar anhelos de personas que, como yo, buscan una luz al final del túnel. Mi maldición se había terminado.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s